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Pasado y futuro, luz y espacios abiertos en l’Eixample

  • Miércoles, 05 Noviembre 2014
  • Escrito por  Voyeur Núria

Una típica vivienda de l’Eixample de Barcelona plantea una serie de dudas al equipo de Egue y Seta, que el estudio consigue resolver respetando el pasado e integrándolo en un diseño actual. El equipo formado por Daniel Pérez y Felipe Araujo consiguen mejorar la distribución, eliminando particiones innecesarias pero manteniendo al mismo tiempo el número de estancias inicial. En busca de un espacio diáfano, consiguen comunicar espacialmente espacios contiguos, públicos y privados, sin renunciar a la intimidad. En el diseño también se han superpuesto texturas y acabados diversos, propiciando un aspecto ligero que funcione como un “lienzo en blanco” en el que intervenir, para los futuros habitantes del espacio. 

  

A pesar de su reducido tamaño (75 m2) y el reducido presupuesto, la vivienda es un ejemplo de como el diseño y la experiencia de los interioristas puede resolver gran cantidad de necesidades. En este caso se pedía mantener el número de estancias, dejando abierta la posibilidad de su venta en un futuro, conseguir un espacio atractivo en cuanto a distribución y iluminación, potenciar las cualidades del corredor como elemento comunicador, integrándolo en el conjunto. 

 

Con el fin de optimizar los recorridos e independizar los espacios públicos, la vivienda se dividió en una parte privada y una pública. Intercambiando con éste fin, las ubicaciones de las estancias de cocina, cuarto de baño y vestidor.

 

La habitación principal ahora en posición adyacente al cuarto de baño y al vestidor, ofrecía la posibilidad de comunicarse con éstas estancias mediante un itinerario privado e independiente, convirtiéndola en una habitación “en suite”. Mientras que la cocina, en su nueva ubicación, se abría de forma natural hacia el área social a través de un pasillo y accesos ensanchados.  Esta área social, en el ala de la fachada principal de la vivienda,  transcurre alrededor de una gran mesa de madera que separa las tres estancias aquí ubicadas: zona de estudio, zona de comedor y salón. 

 

Sobre esta mesa destaca una lámpara con carril superior que permite adaptarla a diferentes usos y que pende desde un techo de bovedilla catalana con vigas de madera restauradas. Al fondo, la pared de ladrillo visto, bañada con una tenue luz indirecta, recuerda la herencia histórica y arquitectónica del edificio catalogado, y dialoga de forma armoniosa con el los pavimentos de baldosa hidráulica originales, recuperados y pulidos para darles nueva vida y vigencia estética. Sobre él se ha dispuesto una alfombra persa de área, que delimita un salón que mira a través de dos balcones imponentes sobre el magnífico Paseo St. Joan de Barcelona.  

 

A pocos pasos del comedor, se plantea, sin que medien puertas o cerramientos adicionales, la cocina. Esta estancia, que anteriormente solía ser privada y técnica, propone ahora una estrecha relación visual con el comedor, aprovechando toda la luz de la fachada principal y anexionando a sus escasos metros cuadrados aquellos ocupados por el pasillo. La pequeña barra, que prevé uso por ambos lados, difumina la frontera entre ambas estancias y la fotografía de autor en la pared opuesta logra dar perspectiva y continuidad al estilo propuesto. 

 

La cocina, cada vez más un sitio de reunión para las familias, cocinamos, pero aquí también comemos, hacemos la colada, leemos el periódico, miramos el ipad, trabajamos, tomamos una copa con amigos, y un larguísimo etcétera. El que los clientes puedan hoy hacer todo esto en un espacio diáfano, bien iluminado y con vistas es uno de los logros de este proyecto. 

 

La habitación principal de la vivienda plantea no solo una posibilidad de acceso privado hacia el cuarto de baño y su vestidor, sino que propone también una “íntima” relación visual entre la ducha y el dormitorio, que al estar separados tan sólo por un vidrio y una veneciana de madera, permite jugar con la entrada de luz y la intimidad/sensualidad en ambas zonas. 

 

En éste dormitorio, de estética neutral como el resto de la vivienda, destaca la pared del cabecero de cama revestida con un impresionante gráfico “pixelado” en tela diseño de Cristian Zuzunaga, bañado por la luz indirecta alojada en la parte superior. El baño se divide en dos partes para mejorar así su funcionamiento, en la parte delantera se encuentran dos lavabos para cada uno de los propietarios y en la parte más íntima se encuentran el inodoro y ducha. Continuando con el discurso formal vinculado a la forma de pixel aplicado en el dormitorio, los revestimientos de azulejo blanco y turquesa se disponen con un despiece de 10x10cm. 

 

En líneas generales, la renovación estilística y la redistribución espacial del inmueble han recorrido trayectorias cronológicas opuestas. La primera ha ido a buscar referencias históricas del pasado arquitectónico, mientras la segunda ha intentado reflejar estilos de vida y manera de utilizar los espacios más actuales o futuristas, ganando siempre y en cada caso, luminosidad natural para cada estancia, una mayor sensación de amplitud general y un incremento exponencial de la versatilidad de usos del conjunto.  

 

Egue y Seta ha conseguido crear una casa que le permite mirar hacia el futuro mientras recuerda la historia, que invita a utilizar sus espacios en más de una forma, y que es abierta y hospitalaria para con los invitados, al mismo tiempo que resulta íntima y exclusiva.

 

Imágenes: Víctor Hugo

 

Egue y Seta

C/ Casp, 54 1º 1ª B

08010 Barcelona

T. + 34 931 791 992

www.egueyseta.com

 

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