La fuente de luz es un LED de tres vatios que está diseñado con un conductor, que esta en un dimmer muy controlado. Es decir, que el autor de estas luminarias ha diseñado primero la luz y entonces esa luz se convierte en un objeto.
Arik Levy afirma en cuanto a su trabajo de WireFlow, que la forma en que concibieron esta colección comenzó como una escultura de luz, pero esto fue un objetivo completamente diferente a medida que se desarrolló el producto. En las reuniones con la firma Vibia se decidió desarrollar primero la calidad de la luz. El usuario puede atenuarla hasta el nivel de una vela o de una instalación de luces de estrellas en su espacio o una luz muy potente que permita leer o escribir debajo.
Para la forma que contiene la luz se escogió el vidrio. Usaron uno que tiene la mejor calidad de difusión que se puede imaginar. Así que crearon un pequeño difusor de vidrio en el interior y un vidrio prensado alrededor del mismo. Gracias a este diseño no se crea ninguna sombra, no tiene patrones y es sólo pura luz en su mejor forma. Una vez desarrolladas estas líneas eléctricas finas que van verticalmente y horizontalmente, disponemos un marco que en interiorismo nos permite crear diferentes formas, patrones y longitudes en el espacio, haciéndola una luminaria muy versátil para los diseñadores de interiores.
Las luces están suspendidas de alambres finos, como figuras geométricas lineales o como unas esculturas de alambre de hilo que se agrupan para formar sencillas figuras en 3D que crean el perímetro de las lámparas. Tienen un estilo conceptual y son minimalistas, pero con un poder visual para ser justamente el objeto atractivo de cualquier estancia donde se dispongan.
Son ecológicas, son respetuosas con el medio ambiente, debido a la luz emitida por los LEDs. Levy no había querido usar este tipo de luz debido a que en los últimos cinco años tendía a distorsionar el color de los objetos que estaban siendo utilizados para iluminar, pero la evolución de este tipo de iluminación ha mejorado mucho.
Aún asi, según Levy, quien dice que incluso con las últimas mejoras en la tecnología LED, los diseñadores todavía deben tener cuidado con el uso de LEDs y cómo combinarlos con los accesorios y tonos adecuados para optimizar la calidad de la luz.
La temperatura de color es una cuestión muy importante. El color de la luz misma, el matiz que le da como una sombra ya que el tono de luz que se usa, no es necesariamente algo que vemos con nuestros ojos, sino que influye en todo lo que ve a nuestro alrededor. Entonces el diseñador habla de que la verdadera conquista sería diseñar pensando tanto en contenedor como en la luz, o sea los dos juntos. El objeto si está encendido o no, pasaría a un segundo plano dando prioridad a la luz, que debe siempre de ser de la calidad que deseamos y queremos vivir.
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