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Downtown México, un hotel contemporáneo en un palacio del 1670

Martes, 16 Julio 2013
Escrito por Voyeur Aitana

Downtown México es una pequeña joya de hotel situado muy cerca de El Zócalo, en la Ciudad de México, en pleno corazón de la ciudad vieja, y lugar donde se establecieron aztecas y españoles. Se trata de una mezcla colonial con arquitectura industrial, donde el estudio de Cherem Arquitectos realiza un magnifico trabajo en este palacio del período barroco que data del 1670.

Conocido como el Palacio de los Condes de Miravalle, este hotel destaca entre otros muchos iconos coloniales de la zona, la cual esta considerada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Las paredes de roca volcánica, en su interior y exterior, sus múltiples puertas, marcos de cantera en las ventanas, y tejas de cemento, así como los patios y una espectacular escalera de piedra, proporcionan al edificio el sabor único del estilo majestuoso mexicano. La intervención conserva la fachada original y las paredes, aunque se aprovecha la distribución general del espacio, donde se propuso una mirada más contemporánea, atribuyendo una nueva identidad y carácter.

Cherem Arquitectos consiguen que Downtown aparezca entre los finalistas al mejor hotel del año de America Latina, han sido premiados en el 'World Architectural Festival Barcelona 2008' al igual que en los 'Wallpaper Design Awards 2012'. Combinan en el programa arquitectónico, hotel y albergue boutique en el mismo edificio, ambos conceptos y espacios separados y trabajados como elementos diferentes.

La planta de acceso da a un patio interior de triple altura, clara herencia colonial. La planta baja cuenta con dos patios interiores que separan los espacios y rodean los pasillos asemejándose a una típica 'hacienda'.

Los patios son los distribuidores del espacio, permitiendo que la luz sea natural y la ventilación en el hotel también, con ello logran disminuir el uso de energía, luz y aire acondicionado. Las habitaciones están ubicadas en el primer y segundo nivel y están diseñadas atractivamente en tonos neutros, aderezado con lámparas retro y muebles de diseño personalizado.

El tradicional ladrillo rojo es protagonista en los interiores. Al tomar ventaja de la nobleza de este material, se diseñó una red que es constante en las habitaciones, los muebles y las paredes. La azotea cuenta con un restaurante y un piscina con unas grandes vistas panorámicas de la ciudad y del proyecto en sí.